Ya hacía días que veíamos el águila culebrera merodeando por la ruta ornitológica de Gerbe, y es que este año en las orillas del embalse era fácil ver pequeñas culebras de agua, y claro, cuando hay comida, la naturaleza sabe como equilibrar la balanza. Ha sido una suerte el poder verla coger la culebra hacer un vuelo a un ciprés cercano y engullir la culebra y seguido continuar campeando por los alrededores, aunque ya le queda poco para emigrar a África para pasar el invierno, se van en septiembre y vuelven para marzo-abril. Su envergadura puede llegar a 180 cm.